Daniela es una diseñadora barranquillera, obsesionada con la música y artista desde pequeña. Influenciada por la talentosa mano de su madre artista, el expresionismo alemán, y un sinsabor adolescente que le marcó la vida (el divorcio de sus papás), comenzó a expresar sus sentimientos a través de sus trazos delgados, a veces con algo de sarcasmo, a veces con algo de melancolía. La dualidad del ser humano, las “pequeñeces” del día a día, la búsqueda interior y el miedo a quitarnos la mascara como sociedad son algunas de las reflexiones presentes en su obra. Nada le gusta más a Daniela que la sensación de ese frenesí para llegar a la casa a alzar su voz con su mano.